Notas sobre Austin

Hola, buenos días!
Les dejo las notas sobre las lecturas de Austin que prometimos: El significado de una palabra, Verdad y Cómo hablar. Espero sean de utilidad para resolver los cuestionarios de tales lecturas.
Que tengan un buen día!


Notas de Austin:

•El significado de una palabra:

I
¿Por qué la expresión 'el significado de una palabra' es, en general si no siempre, una expresión sin sentido?
Austin parte de que sólo podemos predicar propiamente las oraciones el que tengan significado, para él sólo podemos decir que 'las palabras tienen significado' como una derivación de que 'las oraciones tienen significado'. Cuando buscamos el significado de una palabra en un diccionario realmente sólo encontramos sugerencias para entender el significado de la oración en la que aparece la palabra que buscamos, por lo cual para Austin no es propio de las palabras tener un significado, sino que conocer el significado de una palabra es conocer el significado de las oraciones en que ocurre.
Austin argumenta que cuando se nos pregunta por el significado de una palabra, digamos 'castizo', tenemos dos opciones: o bien dar una explicación sintáctica de la palabra, explicando con más palabras lo que es el casticismo, ejemplificando su uso correcto e incorrecto en oraciones, o bien podría dar una explicación semántica haciendo que quien pregunta experimente situaciones que pueden ser descritas mediante oraciones que usen la palabra 'castizo'. Sin embargo, cuando nos formulamos la pregunta ¿cuál es el significado de una palabra? (llamémosla pregunta A) No se puede usar ninguno de estos dos métodos, pues no se pregunta por el significado de la palabra 'palabra', sino que se pregunta por el significado de las palabras en general. Austin replica que la pregunta A no tiene sentido debido a que es una pregunta por 'nada en particular', que surge del intento del filósofo de generalizar los conceptos: podemos preguntar por el significado de una palabra puntualmente a la vez que es requisito que se trate de una palabra puntal para podernos preguntar por el significado de algo.
Tampoco sería correcto para Austin asumir que la pregunta '¿cuál es el significado de 'castizo'?' es la misma que '¿qué es el-significado-de-'castizo'?', pues la respuesta a la segunda es ' es un concepto', mientras que quien hace la primer pregunta no busca esta respuesta sino una explicación sintáctica y/o semántica.  Los conceptos son entidades ficticias (con respecto a la realidad perceptible) y, por ende, no pueden ser denotados, de manera que la segunda pregunta recaería en otro sin sentido.
Atribuirle denotación a los nombres generales (así como la tienen los nombres propios) es la fuente del sin sentido planteado en la pregunta A, defiende Austin.

II
Dado que Austin parte de que los conceptos (dentro de los que cabrían lo que llamamos 'los significados') son ficticios, no acepta que podamos hablar que el significado de una palabra esté contenido dentro del significado de otra, de modo que no acepta la distinción entre juicios analíticos (aquellos en los cuales el significado del predicado está contenido en el significado del sujeto) y sintéticos (aquellos cuyo predicado dice algo del sujeto que no se puede saber mediante el sólo análisis del significado del sujeto). Pese a que acepta que es fácil decir de un juicio si es analítico o sintético, no podemos dar una definición general de lo que entendemos por 'analítico' o 'sintético'.
Ahora bien, Austin provee un ejemplo de juicio que no caería bajo la descripción de un juicio analítico ni de uno sintético: 'este x existe' (siendo 'x' algún dato sensible). Así, el juicio 'Este sonido existe' puede ser tanto analítico, en la medida en que aseverar que hay un sonido con el deíctico 'este' implica creer en su existencia, como sintético, en la medida en que la propiedad de existir no puede hacer parte del significado del sonido en cuestión, pues sería necesario pero bien podría ser el caso que tal sonido no hubiese existido. Austin plantea diferentes casos en los que se sucede este mismo problema, llegando a la conclusión de que 1) se debe desechar el viejo plan de trabajo que partía de la distinción entre juicios analíticos y sintéticos, 2) el nuevo plan de trabajo, que contaría con una clara distinción entre sintaxis y semántica y una clara delimitación de sus esferas de aplicación es por mucho un plan poco efectivo dadas las restricciones que tendría, y 3) hay dificultades con respecto a nuestros poderes de imaginación y con respecto al modo en que es esclavizado por las palabras.

III
¿Por qué llamamos a cosas diferentes con el mismo nombre?
La respuesta de los nominalistas a esta pregunta es 'porque las cosas son similares', respuesta con la que Austin se encuentra en desacuerdo debido a la vaguedad del término 'similar'. Afirma que podemos usar una misma palabra en sentidos muy diferentes como en las oraciones 'el pie de una montaña' y 'el pie de una lista', en donde la única similitud que guardan es la relación que se tiene entre 'x' (el referente del primer enunciado) y la montaña o entre 'y' (el referente del segundo) y la lista.
Otro caso en el que se puede observar como dos objetos llamados por el mismo nombre no son similares entre sí es cuando se llama a dos objetos, digamos A y B, por el mismo nombre debido a una similitud, pero luego se llama a un tercer objeto, digamos C, por el mismo nombre debido a su similitud con B y luego a un cuarto objeto, digamos D, también por el mismo nombre por su similitud con C, y así sucesivamente. Esto permite que lleguemos a un punto en que dos objetos, digamos A y D, son llamados por el mismo nombre pero ya no comparten ninguna similitud.
Tras plantear diferentes ejemplos en los que no hay una similitud entre objetos que llamamos por el mismo nombre, Austin concluye que la respuesta nominalista no es suficiente para resolver el problema planteado en la pregunta.
Austin finalmente concluye su escrito diciendo que la expresión 'el significado de una palabra' es una expresión espúrea (I). En consecuencia de ello, las expresiones 'ser parte del significado de' (II) y 'tener el mismo significado' (III) deben ser sometidas a un nuevo examen para determinar si tienen sentido o no.

•Verdad:

Austin parte de que no tenemos claro qué es la verdad: no sabemos si es una sustancia (la Verdad como Cuerpo del Conocimiento), una cualidad (algo inherente a los objetos) o una relación (correspondencia entre el contenido de un enunciado y los hechos). Pero para el autor, lo que realmente debe concernir a la discusión son los usos de la palabra 'verdadero'. Continua diciendo que 'ser verdadero' puede predicarse de proposiciones, enunciados, oraciones entre otras cosas, pero que no hay un uso primario para el predicado 'ser verdadero'.
Hay quienes han defendido que la verdad es una propiedad de las creencias, pero Austin argumenta que hablar de una creencia verdadera fuera del campo de la filosofía y la teología es muy poco común, además de que si entendemos a las creencias como algo cuya naturaleza es parecida a la de las figuras, no podríamos predicar de ellas que son verdaderas sino que, a lo mucho, son fieles.  También hay quienes dicen que las proposiciones son lo que es verdadero o falso, pero Austin argumenta que, propiamente, lo que decimos que es verdadero o falso son los enunciados y que de las proposiciones, al ser entendidas como el significado de una oración o conjunto de oraciones, no deberíamos predicar verdad o falsedad: sólo cuando le damos una interpretación a las palabras se puede predicar de ellas. Finalmente, hay quienes dicen que las palabras y las oraciones son lo que es verdadero o falso, pero Austin distingue oración de enunciado (siendo éste a lo que se refieren las oraciones), por lo cual concluye que las oraciones y palabras, en tanto que sólo son 'nombres' (por decirlo de alguna forma) de los enunciados, no son verdaderas ni falsas.
Para Austin los enunciados se hacen, son un evento histórico llevado a cabo por un hablante o escritor con determinadas palabras (u oraciones) y dirigido a cierta audiencia. Ahora bien, la pregunta sería ¿cuándo es verdadero un enunciado? Austin plantea que entender la verdad como relación de correspondencia implica tener en cuenta que hay dos tipos de convenciones: 1) convenciones descriptivas, que correlacionan a las palabras (en oraciones) con las situaciones y objetos del mundo, y 2) convenciones demostrativas, que correlacionan a los enunciados con las situaciones y eventos situados históricamente en el mundo. Así, un enunciado sería verdadero en la medida en que el estado de cosas históricas con el que está correlacionado por las convenciones demostrativas es el mismo que el que está correlacionado con las oraciones usadas para expresarlo mediante las convenciones descriptivas; esto es, que la situación en el mundo a la que se refiere el enunciado sea la misma a la que se refiere la oración con la que se expresa.
Si un enunciado es verdadero hay un hecho que lo hace verdadero, pero tal estado de cosas sólo puede expresarse mediante palabras, que son muy diferentes del hecho y del enunciado. No importa que tan complejo o rudimentario sea un lenguaje, eso sólo afecta su capacidad para adaptarse a diferentes situaciones del mundo (para reflejar con mayor propiedad la situación que quiere expresar), los valores de verdad de sus oraciones no dependen de eso sino de las convenciones descriptivas y demostrativas usadas en ellas.
Sin embargo, esto llevaría a problemas como a equiparar las expresiones 'hecho' y enunciado verdadero' (que involucra los errores del pensamiento dogmático o el coherentista) o como pensar que para cada enunciado verdadero existe uno y su propio hecho respectivamente.
En cuanto a la falsedad, Austin dice que, al contrario de lo que muchos filósofos creen, la negación no es una propiedad de segundo orden (efecto de una afirmación falsa de primer orden), sino que es del mismo nivel que la afirmación y que no puede haber un lenguaje sin convenciones para ambas cosas.
Austin argumenta que muchas emisiones que eran consideradas enunciados (por no tratarse de preguntas, ordenes, etc.) ya no lo son por mostrarse que no son susceptibles de ser verdaderas o falsas. Dice que debemos dejar de llamar a estas emisiones enunciados y asumir las consecuencias, aceptando que lo que el define como enunciados son sólo los enunciados (según la definición general)  que son estrictamente descriptivos y que tienen un valor de verdad, como 'esto es rojo'.

•Cómo hablar

Este texto de Austin es un intento de aislar y esquematizar algunas de las distinciones claras y serias que tenemos en la mente al momento de usar cierta variedad de actos del habla (describir 'x' como 'y'; llamar a 'x', 'y'; o incluso enunciad que 'x' es 'y').
Austin parte de un modelo simplificado de una situación en la que usamos el lenguaje para hablar del mundo, que llama So. Para él, el mundo de So cuenta con diferentes elementos individuales a cada cuál corresponde uno y sólo un tipo definido. Cada tipo es totalmente distinto de los demás tipos y por ende cada elemento del mundo es totalmente diferente de los demás. A un mismo tipo pueden corresponder diversos tipos pero un mismo elemento no puede corresponder a diversos tipos. Así, el lenguaje de So permitirá la formación de una forma específica de enunciados: E es T. Estos enunciados, formados de una E-palabra, la expresión 'es un' y una T-palabra, requieren de dos conjuntos de convenciones semánticas: 1) E-convenciones o convenciones de referencia, que indican a qué elemento se refiere cada determinada E-palabra (sólo hay un elemento por cada E-palabra y viceversa), y 2) T-convenciones o convenciones de sentido, que asignan a cada vocablo (la T-palabra) un tipo como su sentido.
Habiendo aclarado la situación simplificada So, Austin procede a explicar cómo se da la relación de encaje entre un elemento y un tipo. Para el autor, un enunciado asertivo (de la forma 'E es un T') satisfactorio es aquel en el que el elemento referido por la E-palabra (de acuerdo con las convenciones de referencia) es de un tipo que encaja en el sentido de (o con el tipo asignado a) la T-palabra (que es asignado mediante las convenciones de sentido). Así, la relación expresada por 'E es un T' es análoga a la relación entre un elemento y un tipo.
Que una aserción sea insatisfactoria puede deberse o bien a un error al momento de hacer la relación de encaje entre elemento y tipo, o bien a un error en el uso de las E-palabras o las T-palabras. Para Austin ambos casos son aberraciones de su sistema y no pueden ser intrínsecos a él debido a las definiciones que ya ha dado; esto es,  no se puede atribuir a la situación So el poder generar aserciones insatisfactorios.
Suponiendo que el hablante no comete estos pecados o aberraciones contra la situación So, Austin afirma que hay cuatro actos del habla que se dan cuando se hace una aseveración del tipo 'E es T' o, el ejemplo qué él usa, '1227 es un rombo' (habiendo ya establecido que las E-palabras serían números). Estos actos del habla son:
1) T-identificar: ajustar el tapón o localizar
2) E-identificar: cubrir el expediente o moldear.
3) Enunciar
4) Instanciar
Así, si se nos es dado un nombre cuyo sentido encaja con cierto tipo y se pide que se ajuste un elemento en él, se estará llevando a cabo una T-identificación, por otro lado, si se nos es dado un elemento y se pide que se dé un nombre con un sentido que encaje en el tipo de ese elemento, entonces se llevará a cabo una E-identificación. La variación en estos dos actos depende de la dirección del encaje que se esta llevando a cabo (del nombre al elemento o viceversa). Asimismo, los usos de enunciar (1) e instanciar (2) se ven respectivamente en la proferencia de emisiones en que 1) un elemento ajuste en un nombre y en que 2) un nombre ajuste en un elemento. En otras palabras, instanciar es citar un cierto elemento como instancia de un cierto nombre. Austin dice que esto no requiere una mayor explicación, pero brinda las siguientes descripciones:
-Para localizar tenemos que encontrar un patrón que encajar en esta muestra.
-Para enunciar tenemos que encontrar un patrón para encajar esta muestra en él.
-Para instanciar tenemos que encontrar una muestra para encajar este patrón en ella.
-Para moldear tenemos que encontrar una muestra que encajar en este patrón.
Austin afirma que la dirección de encaje es la clave para entender las relaciones que se dan entre estos diferentes usos de las emisiones asertivas. Se puede ver que al localizar y al enunciar se encajan nombres a elementos dados, mientras que al instanciar y al moldear se ajusta una muestra o elemento a un nombre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Acertijos 28 de Febrero (Alicia en el bosque del olvido)

Olimpiada en Lógica 2015 (o "lo que sea por un punto extra y/o diez final en el curso")

Para que dejen de sufrir, calificaciones finales.